lunes, 1 de junio de 2009

Nuestros Rebeldes: el punto de vista narrativo

En esta ocasión, este ejercicio nos ha servido para ver la importancia del punto de vista. La novela está narrada desde la primera persona por Ponyboy, pero los alumnos han cambiado el enfoque y han transformado la presentación de los personajes desde el punto de vista de Ponyboy al de cualquier otro. Así vio Manuel Zabalegui a Sodapop transformando las palabras del protagonista:

Hola, chicos, soy Sodapop, un chico del East Side y, desde luego, mi nombre es poco corriente, pero a mi padre le gustaban los nombres con personalidad. Tengo dieciséis años, para diecisiete. con esta edad debería ir al Instituto, pero la verdad es que no me gusta mucho estudiar y además mis padres murieron en una accidente de coche y tuve que ponerme a trabajar. Primero trabajé en un establo, donde había un caballo llamado Mickey Mouse al que adoraba (y él a mí), por el que lloré muchísimo cuando lo vendieron. Ahora trabajo con Steve, mi mejor amigo, en una gasolinera, en una DX, y no está nada mal porque el trabajo me gusta y además los fines de semana vienen un montón de chicas a ligar con nosotros. Esto no lo sabe mi novia, una chica estupenda llamada Sandy, muy guapa y agradable, con la que pienso casarme cuando consiga un trabajo mejor y ella termine sus estudios.

La gente dice que soy muy guapo, que parezco una estrella de cine, pero la verdad es que no soy tan alto como mi hermano mayor y soy mucho más delgado. Tengo el pelo rubio oscuro, largo, como todos los greasers y me lo peino hacia atrás. Mis ojos son oscuros, vivos y risueños como los de mi padre.

Vivo en una casa un tanto destartalada con mis dos hermanos, Darrell, el mayor al que llamamos siempre Darry y el pequeño Ponyboy; así que yo estoy en medio de los dos y a mí me toca siempre poner paz entre ellos. A mi hermano Darry lo admiro porque es un tipo duro y fuerte, siempre preocupado por que no nos metamos en problemas que puedan hacer que nos separen y al pequeño lo cuido y lo protejo, pero nunca lo trato como si fuera un bebé, porque a él no le gusta.

Suelo vestir como los chicos de mi barrio, con vaqueros, camisetas, chupas de cuero y playeras o botas.

Soy un greaser, como nos llaman a los chicos del East Side, y en pandilla peleo con los socs, los chicos ricos del West Side.

Mi afición favorita son los caballos y antes andaba siempre por los establos y los rodeos hasta que me rompí un ligamente y mi padre me hizo dejarlo. No me gustan los libros ni las películas porque no puedo estarme quieto, ni sentado, el tiempo suficiente para disfrutarlos. No bebo nunca alcohol porque no lo necesito para disfrutar de la vida.

Como veis mi vida es bastante parecida a la de cualquier chico greaser de mi edad, pero es la mía y procuro disfrutarla a tope.

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