LULEOIDE
Ese monstruo que asusta a los niños por las noches y que se esconde debajo de la cama no es un monstruo cualquiera.
Es un espécimen poco común, con 2,20 metros de altura y con un cuerpo encorvado como si fuese un jorobado -si su cuerpo estuviese recto podría llegar a los tres metros-. En su cara, doce son los ojos que lo habitan y parpadean en orden uno detrás de otro. Su boca, con dientes puntiagudos y pequeños, puede llegar a tener unos cien dientes. La nariz, totalmente plana, y en ella sólo se le distinguen los dos agujeros nasales. En sus manos, los dedos de nueve centímetros de largo, arrugados como una pasa. Sus brazos son esqueléticos, pero con una fuerza descomunal. Se esconde debajo de la cama plegándose totalmente para poder ocupar el menor espacio posible y que nadie se percate de su presencia. Su cuerpo color verde oscuro y esquelético, en el que se le marcan todos los huesos; sus ojos, amarillos y hundidos, pero a la vez penetrantes. Sus piernas cortas, comparadas con el resto del cuerpo, no las utiliza para salir de debajo de la cama, sólo se ayuda con los brazos (de ahí la gran fuerza que tiene en ellos). Sus pies son grandes y sus uñas largas y grises; los dedos, finos y larguísimos.
A pesar de su horrible aspecto, es un monstruo inofensivo. Sólo disfruta asustando y si una persona demuestra que no tiene miedo desaparece, ya que es un producto de la imaginación.
Ese monstruo que asusta a los niños por las noches y que se esconde debajo de la cama no es un monstruo cualquiera.
Es un espécimen poco común, con 2,20 metros de altura y con un cuerpo encorvado como si fuese un jorobado -si su cuerpo estuviese recto podría llegar a los tres metros-. En su cara, doce son los ojos que lo habitan y parpadean en orden uno detrás de otro. Su boca, con dientes puntiagudos y pequeños, puede llegar a tener unos cien dientes. La nariz, totalmente plana, y en ella sólo se le distinguen los dos agujeros nasales. En sus manos, los dedos de nueve centímetros de largo, arrugados como una pasa. Sus brazos son esqueléticos, pero con una fuerza descomunal. Se esconde debajo de la cama plegándose totalmente para poder ocupar el menor espacio posible y que nadie se percate de su presencia. Su cuerpo color verde oscuro y esquelético, en el que se le marcan todos los huesos; sus ojos, amarillos y hundidos, pero a la vez penetrantes. Sus piernas cortas, comparadas con el resto del cuerpo, no las utiliza para salir de debajo de la cama, sólo se ayuda con los brazos (de ahí la gran fuerza que tiene en ellos). Sus pies son grandes y sus uñas largas y grises; los dedos, finos y larguísimos.
A pesar de su horrible aspecto, es un monstruo inofensivo. Sólo disfruta asustando y si una persona demuestra que no tiene miedo desaparece, ya que es un producto de la imaginación.
(Amaya Jiménez Burguillo)
Imagen: http://static.flickr.com/47/112370944_accf8f485e_m.jpg
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