sábado, 6 de junio de 2009

Nuestros microrrelatos

Morir de amor

La muerte se equivocó de puerta; no se lo llevó a él, se los llevó a los dos.

Cristales de los ojos

Había una vez una niña que lloraba cristales preciosos; sus padres le daban disgustos para ganar dinero: ella murió de un infarto.

(Inés San Emeterio)

Tuve muchas, muchas pesadillas, aunque la peor fue despertar.

(Rebeca y Ángela)

Cuando me levanté de la cama, bajé hasta abajo. Estaba la casa vacía extrañamente. Mi familia había desaparecido sin dejar ninguna nota. Pensé que seguramente fue porque les dije que no los necesitaba.
Pero me da igual, la casa está vacía para mí.
Ya tenía la cabeza llena de ideas, pero era vulnerable a los ladrones, tenía que inventar algún sistema de defensa.
Cogí un globo de agua y lo llené con ácido clorhídrico. Le até una larga cuerda y extendí el extremo hasta el sofá. El globo lo coloque encima de la puerta. Cuando tire de la cuerda el globo caería.
A las tres horas, se abrió la puerta y tiré de la cuerda.
Mi padre comenzó a gritar, yo salté por la ventana de un cuarto piso.

(Jon Jiménez)

He decidido recuperar mi tiempo. Empezaré por los recuerdos. Soy causante de muchas rupturas de parejas. Luego, por los sentimientos, me siento muy bien cuando hago que la gente se enfade. En resumen, soy un capataz del demonio.

(Alba Paola Garrido Martínez)

Salió al escenario. Yo le di el paso con un susurrante soplo de mi boca, y el pobre tropezó al salir.

Un hombre dudada entre casarse o no con su novia de toda la vida, con la que llevaba ya seis primaveras. Finalmente, decidió casarse con la que llevaba ocho.

Despertó cansado, como todos los días. Se sentía como si un tren le hubiese pasado por encima. Pero dormir en las vías es lo que tiene...

(Andrea Ruedas Trimiño)

El emperador Li-po tuvo un sueño. Soñó que era una persona humilde que soñaba con convertirse algún día en emperador y que mandaba todo lo que quería, pero al irse a la cama el emperador soñado volvió a soñar que era esa persona que soñaba con él. Cierto día en la realidad se encontraron y dicidieron casarse.

(Pablo Pérez Losantos)




No hay comentarios:

Publicar un comentario