Estamos en el hospital con el héroe de nuestro pueblo, un chico que de la noche a la mañana está en boca de todos, por haber salvado a unos niños pequeños de morir en un incendio.
Su valor hizo que lo que podía haber sido un día triste se convierta en el día más feliz. Se llama Johnny y aunque se encuentra herido ha sido tan amable de concedernos na entrevista.
- Buenos días, Johnny, primeramente, ¿cómo te encuentras?
- Bueno, la verdad es que me duele la espalda, pero ya pasará.
- Dime, ¿por qué estabas allí en el momento del incendio, ya que al parecer no eres de por aquí?
- Había venido con un amigo para pasar varios días.
- ¿Qué fue lo que te llevó a salvar a los niños?
- La verdad es que fue un impulso. Oí a los niños gritar y vi la angustia en las caras de sus padres y no lo pensé dos veces; debía intentar salvarlos.
- ¿Conocías a alguno de ellos?
- No, a ninguno, pero eso da igual.
- ¿No pensaste en algún momento que tú podías morir por salvarlos?
- No, en ese momento sólo pensé en los niños.
- Ya has visto que has salido en todos los periódicos. ¿Qué te han dicho los padres de los niños?
- Todos han sido muy amables, han venido a visitarme y no sabían cómo darme las gracias.
- Y tus padres, ¿qué te han dicho?
- Bueno, la verdad es que no tengo muy buena relación con ellos. Mi padre ni siquiera ha venido a verme y mi madre me ha reprochado que siempre les estoy dando disgustos.
- ¿Te arrepientes de algo o volverías a hacerlo?
- Desde luego que lo haría sin importarme dar la vida por ayudarles.
- Gracias Johnny por tu amabilidad y sigue siendo como eres. No cambies nunca.
(Manuel Zabalegui Solana)
Imagen: http://www.zonadvd.com/imagenes/noticias/rebeldes/rebeldes_dvd.jpg
Su valor hizo que lo que podía haber sido un día triste se convierta en el día más feliz. Se llama Johnny y aunque se encuentra herido ha sido tan amable de concedernos na entrevista.
- Buenos días, Johnny, primeramente, ¿cómo te encuentras?
- Bueno, la verdad es que me duele la espalda, pero ya pasará.
- Dime, ¿por qué estabas allí en el momento del incendio, ya que al parecer no eres de por aquí?
- Había venido con un amigo para pasar varios días.
- ¿Qué fue lo que te llevó a salvar a los niños?
- La verdad es que fue un impulso. Oí a los niños gritar y vi la angustia en las caras de sus padres y no lo pensé dos veces; debía intentar salvarlos.
- ¿Conocías a alguno de ellos?
- No, a ninguno, pero eso da igual.
- ¿No pensaste en algún momento que tú podías morir por salvarlos?
- No, en ese momento sólo pensé en los niños.
- Ya has visto que has salido en todos los periódicos. ¿Qué te han dicho los padres de los niños?
- Todos han sido muy amables, han venido a visitarme y no sabían cómo darme las gracias.
- Y tus padres, ¿qué te han dicho?
- Bueno, la verdad es que no tengo muy buena relación con ellos. Mi padre ni siquiera ha venido a verme y mi madre me ha reprochado que siempre les estoy dando disgustos.
- ¿Te arrepientes de algo o volverías a hacerlo?
- Desde luego que lo haría sin importarme dar la vida por ayudarles.
- Gracias Johnny por tu amabilidad y sigue siendo como eres. No cambies nunca.
(Manuel Zabalegui Solana)
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