miércoles, 22 de abril de 2009

Poner la mano en el fuego


Estábamos en una situación complicada. A María le iba a dar algo. Todas sabíamos que estaba loca por Carlos y la profesora, ignorante, la había colocado junto a él en la excursión del día siguiente. Me daba pena porque ella se iba a quedar cortada cuando él le hablara. Pero también era una muy buena oportunidad para confesarle sus sentimientos.

Llegó el día siguiente y Carlos la saludó con naturalidad. Ella no dijo nada y se fue corriendo. Fui detrás de ella y le dije lo que pensaba. Ella, decidida, puso la mano en el fuego y corrió a decirle lo que sentía. Yo estaba lejos y no oí lo que él le decía, pero si vi el beso que le dio él cuando terminó de hablar.

En la excursión estabamos todos felices ya que María y Carlos estaban saliendo, y no había nada de lo que preocuparse. Yo, tonta, me quedé mirando a los tortolitos y, sin querer, puse la mano en el fuego.

Al final, tuve que vendarme la mano, pero me divertí de todos modos. Aunque la barbacoa resultó un poco desastrosa.

Realizado por Andrea Ruedas Trimiño (2º ESO A)

Imagen: http://static.flickr.com/3075/2895421100_50313aa1ca_m.jpg

No hay comentarios:

Publicar un comentario